Capítulo 3. Primera parte. Odio la clase de educación física

Querido diario. Lunes, 12-11-2007 


Manu me ha pasado a recoger para ir al instituto, como cada mañana, pero hoy era diferente. Le conté lo que me había ocurrido con Javi. Me dijo que sería una bobada de esas suyas... Nos callamos. Yo me sentía rara, pero confiaba en que fuera, como Manu me había dicho, una bobada. Llegamos a la puerta del colegio, donde nos reunimos todo el grupo. Javi estaba sentado en el banco. Miraba hacia el suelo, a sus nuevas Vans, pero no me miraba, no me dijo ni un triste ¨hola¨. Es mi mejor amigo, y sabía que estaba mal, y me hizo sentir a mi peor, porque creía que era mi culpa...


Clase de Laboratorio. Nosotros nos sentamos en la parte de atrás, yo con Paula, Adrián, Javi, y el resto en la mesa de al lado. Harta de esperar, le pregunto a Javi que me quería contar. Su respuesta: nada una bobada de los deberes... Le respondí que nadie se preocupa por los deberes a la una y media de la mañana. Me dijo que lo dejase, que no me importaría. Teniendo en cuenta que es mi mejor amigo, y que me respondió bastante borde, le respondí: todo lo que sea sobre ti, me importa. ¿Vale? Él solo supo que responderme esto: Sí, lo siento por haberte respondido así, yo también te quiero mucho por eso no se como decírtelo... Me sentía peor. Así que le dije: poco a poco, no importa, y no hace falta que te disculpes. Nos echamos una sonrisa el uno al otro y continuamos con el experimento.


Llegó la clase de educación física. Nerviosa porque teníamos que bailar. Odiaba el baile. Y es posible que te preguntes, ¿no era uno de tus hobbys? Lo es, pero bailar funky es lo que me gusta, no un vals...

En fin, Javi vino hacia mi mientras esperábamos a la profesora. Comenzó a hablar: verás... lo que te tenía que decir... era... no sé como hacerlo... No te fuerces -le dije- cuando estés preparado. Él continuó: no, o lo hago ahora o no sé que pasará, cuanto más tarde, será peor. Estaba a punto de soltarlo, cuando apareció Carla. Era una chica de clase, con la que no hablábamos mucho, pero no dudábamos en hablarnos mutuamente si la situación lo requería, vamos, que éramos capaces de afrontar una charla agradable. El caso es que al hablarle a Javi, se dirigió con un ¨cariño¨. Me molestó un poco, para que engañarnos, pero me reventó que al final de la conversación le diera un piquito... Javi se quedó callado pero me dijo, que era eso lo que me tenía que contar.


No estaba preparada para aquello, y mi reacción fue irme de clase, al baño, a pensar, pero sobretodo, a llorar...
A partir de este momento, odiaba la clase de educación física...


Poco a poco me iba olvidando de lo poco que quedaba para mi cumpleaños, tan solo 6. Sentía que ya nada merecía la pena. Me preguntaba como sería el día de mi cumpleaños con él, y con todos...


Me apetecía soltar esto a alguien, porque nadie, más que nosotros dos sabemos lo que ha ocurrido. Me voy al recreo. Por la noche te cuento lo que ocurra luego, ¿vale?