Querido diario. Lunes 12-12-2007
Tocó el timbre del recreo. Me sentía sola, traicionada, idiota... ¿Cómo no me di cuenta de aquello? Las chicas vinieron al baño, me sacaron de allí, me intentaron hacer reír, pero yo no se lo puse fácil. Les conté lo que ocurrió, por qué me había ido, tan de repente. Me dijeron que esa reacción era normal, pero yo me sentía estúpida...
Entonces alguien entró al baño. Era él. Las chicas se fueron diciéndome: sé fuerte. Me pidió perdón, pero yo le dije que no entendía por qué lo hacía, que era su vida, y cada uno hace su vida lo que le da la gana. Me respondió que yo formaba parte de su vida, y que nada ni nadie, ni siquiera Carla, podrá cambiar eso. Me seca las lágrimas de la cara, y me abraza. Ha sido el abrazo más fuerte que me ha dado en toda mi vida, y el más especial.
El timbre había tocado para volver ha clase. El resto del día transcurrió con normalidad. Hoy tenía entrenamiento, a las 18:00. Pero a pesar de los exámenes y todo eso, quedé con ellas una hora y media antes, a las 16:30. Necesitaba hablar con ellas... confesarlas algo... Hablamos, me apoyaron y nos fuimos a entrenar.
Me fui para casa, pero me gustó que todas me acompañaran, porque sabía que tenían muchas cosas que hacer. Hice mis deberes, estudié, cené... lo normal antes de dormir... Un ColaCao y a reflexionar sobre lo de Javi, lo que les había contado a ellas, mi fiestecita... ¡¡6 días!! No me lo creo, pero al menos está casi todo arreglado con Javi, eso al menos, me gusta.
Es posible que te preguntes, ¿y qué le dijiste a tus amigas? Lo normal en estos casos, lo que seguro que ellas ya se esperaban... digo yo que se lo habían imaginado antes. ¿Las pistas? El irme así de clase, llorando... Creo que me he enamorado de Javi... Yo lo descubrí esta mañana. Eso fue todo lo que les dije. Mañana te cuento como reaccionaron, que es muy tarde y mi madre me está obligando a apagar ya la luz. Hasta mañana.
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